Me encanta ver amanecer mientras viajo; no me gusta que me hablen muy de cerca, sobre todo si les huele el aliento; estoy enamorado de la gente que me sonríe a las siete de la mañana; no me gusta admitir que se me ha acabado el suspense en una relación; me encanta oír gritos de alegría; no mola nada despertarse después de un sueño que es la polla; me da rabia encontrarme con funcionarios que amargan el día a una persona; me encanta dormir tapándome con la manta más arriba de las orejas; me desilusiona el hecho de que muchas de las personas con las que me encuentro se preocupen más por lo “hippie” que voy ese día o el corte radical de pelo que llevo, que por cómo estoy en realidad; me encanta dejar lo mejor para el final siempre que como algo; siento desinterés por aquellos que nunca dejan hablar a los demás; me encanta cantar a mi puta bola por la calle; no soporto las tesis de la vida cotidiana, quiero decir, esas que se hacen en un segundo diciendo: <<tú eres “tal”, tú eres “cual”>>, cuando en realidad muchas veces sólo te conocen de dos palabras o dos gestos con la cabeza; me gusta derramar la cera de las velas y después ver cómo se consolida; no me gusta oír hablar de “lo bien que tratamos los españoles a los extranjeros” y después, darse cuenta uno mismo cuando está viviendo en el extranjero que “los españoles” no tienen respeto alguno por la gente autóctona; me gusta olerme las manos después de haber limpiado con lejía, ya que me acuerdo de mi madre cuando era pequeño; no me gusta ver las noticias cuando tengo un mal día; me encanta ver escenas de películas e impregnarme por un solo momento de la energía mágica que conllevan; no lo paso bien cuando digo verdades a medias; me encanta que me susurren al oído; no me gusta justificarme todo el tiempo por lo que soy o dejo de ser; disfruto haciendo reír a mis sobrinos; no me gusta relacionarme siempre con el mismo tipo de gente; me hace volar el escuchar distintos puntos de vista acerca de un mismo tema; no me gusta volver a casa después de un día que es la ostia; me encanta darme cuenta de que nunca dejo de renovarme; me pone nervioso que la gente empiece a hablar y no conduzca el tema hacia alguna parte cuando se trata de un tema de interés a resolver; me encanta la tensión sexual medio resuelta; no me gusta que me digan lo que tengo que hacer con mi vida; me gusta tirarme ligeramente de los pelos de las cejas cuando estoy estudiando y ver cómo caen los pelillos en el papel; no me gusta la gente “cool”; me encanta ir sólo a la estación de tren y quedarme allí, escuchando el ruido a mi alrededor, mirando la vía solitaria del tren; una parte de mi muere poco a poco cuando pienso en “eso”; me encanta escuchar a Nina Simone en la oscuridad; me repatea ir a clase y comprobar que el profesor no ha venido y que ni siquiera ha tenido la delicadeza de avisar; me encanta recordar momentos; no me gustan los chistes mal contados; me parto el ojete cuando alguien está contando un chiste y en mitad del chiste para en seco porque no se acuerda; odio hacer cosas “porque sí”; me encanta estar con mis cuatro hermanos y mi madre; me da rabia recordar el 26 de diciembre de 1997 y escuchar a mi padre decir: “comed de esta tarta, porque el año que viene no la probáis”. Efectivamente, no hubo tarta el 26 de diciembre del 98; me encanta la gente directa; no me gusta levantarme a las 1 del mediodía; me encanta inventarme canciones con Manoli; me ha dado una pena terrible ver a tíos con los que me he liado acudir al sitio donde trabajaba con su mujer y sus hijos; me encantan las situaciones improvisadas; no me gusta que ciertas personas sólo cuenten conmigo cuando tienen problemas; me encanta el “purrummmmmm” en las canciones de Raffaella Carrà; no me gusta la gente que hace comentarios “realistas”, ya que, lo que en realidad les pasa es que tienen envidia de aquello a lo que no se atreven; me encanta imaginar a la gente cagando y echar la carcajada; no me gusta cuando todo sucede a cámara lenta en mi vida y después, en dos segundos, todo sucede tan deprisa que se me escapa de las manos; me gusta saber que sigo ahí a pesar de todo; …
6 comentarios:
me gusta leerte sobre las cosas que te gustan y las que no; no me gusta pensar que tengo que dar clase en quince minutos...
me gusta tu forma de expresar y la naturalidad de cada letra.
mmmmm algo que nunca me ha gustado de ti es que siempre SIEMPRE tenia que esperarte¡¡¡
joo, hay dias en los que volvería al piso de la calle fermín de palma, exactamente en el salón y con tu colchon y el mio en mitad de la habitación, de fondo una melodía y de frente nuestra filosofia.
te quiero danielle.
En un comienzo está Socrates y con él los primeros pasos de la filosofía, cuyo único interés, cuyo único objeto, es el hombre, su vida, su origen, su destino y...su felicidad.
me gusta recordar; no me gusta olvidar.
Ahora ya se casi todo de tí.
Lo que falta y no sé me lo imaginaré.
Un abrazo
No, dicen ellos, no son más que sueños difusos;
no, se lo ha inventado él;
no, sólo es un poeta.
Me gustan ver las cosas que te gustan y las que no, porque como todo lo que hablo contigo, y todo lo que leo de ti, siempre me siento identificado.
Me encantan las conexiones. Un besito dani, muchas ganas del reencuentro.
Santi.
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