Hace unos días salí de la universidad indignado, desilusionado y entristecido a la par que asustado al comprobar cómo gente que estudia como mínimo su segunda carrera tiene concepciones y argumentaciones tan pobres sobre el mundo y que van en contra de la libertad de otros, o mejor dicho, que no permiten que otros se sientan libres y se repriman cuando lo que sienten o lo que hacen es algo natural y producto de la evolución social del ser humano. Es decir, os pongo en conocimiento. Resulta que el otro día, en una asignatura llamada “Pedagogía Familiar” estuvimos discutiendo sobre el matrimonio homosexual. Yo me considero respetuoso con las opiniones de las personas, pero en el momento en que no se habla con propiedad o se insulta, ahí ya me hierve la sangre y la boca se me descose. Resulta que una chica dijo: “es que yo no podría tener dos padres o dos madres”, y su argumentación fue: “es que eso ha sido así de toda la vida de Dios”. Vamos a ver, resulta que en la sociedad “evolucionada” en la que vivimos, para muchos, Dios ya no es su vida, y si seguimos hablando, de toda la vida de Dios se ha encerrado a personas discapacitadas en habitaciones porque suponían una vergüenza y, afortunadamente hoy en día, ya no se hace eso porque hemos entendido que es una crueldad tratar así a PERSONAS. Aún así, respeté su opinión porque no insultó a nadie. Más tarde, esta chica dijo: “los homosexuales y la tortilleras”, y ahí ya sí que se me descosió la boca y tuve que imponerme, porque se trata de una cuestión de educación social, ya que si no intervenimos ante un insulto como “tortillera”, la sociedad seguimos haciendo daño a PERSONAS con este tipo de lenguaje. El caso es que todas las opiniones que escuché en contra del matrimonio homosexual eran del estilo, y lo que me entristeció y me asustó al mismo tiempo fue que estas PERSONAS se van a dedicar a tratar en un futuro o ya se están dedicando a tratar con PERSONAS que serán homosexuales, y lo último que necesitan escuchar estas PERSONAS es algo que vaya en contra de ellas, porque sí, señores, parece que vivimos en una sociedad en la que la homosexualidad está más que aceptada, pero todavía existe mucha hipocresía, y hay muchos chicos y chicas que viven en pueblos pequeños y no se sienten capaces de expresar su homosexualidad o de vivirla en paz, simplemente, por lo que se martirizan a ellos mismos y llegan a pensar en el suicidio o se llegan a suicidar porque no aguantan tal presión –me estoy basando en casos reales contados en esta asignatura por la misma profesora, que pertenece a un equipo de orientación y ha tratado con chicos y chicas en esta situación-.
En mi opinión, los medios de comunicación juegan un papel más que crucial en estos temas de opinión y de concepción de los fenómenos sociales. Aquí es donde juega un gran papel la heurística, es decir, la heurística es típica del pensamiento humano y viene a corresponderse con los esquemas mentales que nos formamos acerca del mundo, con la finalidad de agrupar toda la información que se presenta y reinterpretarla de acuerdo con aquello que conocemos del mundo. Tienen una gran adaptabilidad, pero inducen a error, ya que es, por así decirlo, una manera de generalizar y, en mi opinión, cuando se trata de PERSONAS, no se puede generalizar; un ejemplo de ello sería el día del Orgullo Gay. Para aquella gente que no está familiarizada con la homosexualidad, heurísticamente piensa que todos los homosexuales son como los que salen el día del Orgullo Gay. Evidentemente, no se puede generalizar, ya que, al igual que no todos los heterosexuales son iguales, no todos los homosexuales –hablemos con propiedad, ya que gay significa “festivo, alegre” y maricón o mariquita, que parece que el último suena mejor, pero es un insulto como una casa- son iguales.
Pues como decía, creo que los medios de comunicación tienen un papel muy importante para luchar en contra de los estereotipos y prejuicios que la heurística conlleva, papel que no sólo no aprovechan, sino que siguen favoreciendo la visión arcaica y anacrónica de la sociedad, ya que se sigue reflejando a los homosexuales como afeminados o con mucho poder adquisitivo, cuando en realidad existen muchísimos tipos. Muchas veces desconocemos a los otros tipos debido a que estos estereotipos que los medios y las élites siguen fomentando conllevan etiquetas. Y aunque suene mal, entiendo que muchos homosexuales no quieran reconocer abiertamente que lo son, ya que esta etiqueta lleva consigo que la sociedad valore a la PERSONA primero por ser homosexual y luego, si acaso, por lo que hace en la vida. Y como no sé si me explico bien, pues lo voy a explicar. Por ejemplo, un futbolista, a día de hoy, no reconocería abiertamente su homosexualidad debido primeramente a que se tendría que retirar, y después a que esa etiqueta supone una estigmatización, supone valorar su profesión en un segundo plano y que le achaquen cualquier cosa a su homosexualidad en lugar de achacarla a un mal día, una lesión o cualquier otra cosa. Pero señores, que también existen futbolistas homosexuales. Es tarea de todos erradicar esta simpleza de considerar a las PERSONAS por un rasgo añadido que no define a la persona. Así que vamos a dejarnos de tanto orgullo gay y de tanto orgullo macho, porque no somos un sexo, sino PERSONAS capaces de cambiar el mundo independientemente de a quién amemos o a quién nos llevemos a la cama.
Para terminar, me apetece decir que estoy harto de que todo sea una cuestión monetaria y de que todos hablemos, incluido yo, y ninguno hagamos nada, ya que en este tema de los estereotipos, la audiencia o la taquilla numerosas determinan que se sigan propagando estos estereotipos que tanto hacen reír a unos pero que tanto perjudican a aquellos que son diferentes a lo considerado normal. Y yo me pregunto, ¿qué es normal? Lo normal para mí es llevar una vida en la que uno es el protagonista, es decir, una vida vivida por uno mismo y no por los padres, vecinos, etc., una vida en la que se pueda hacer lo que uno quiera teniendo como referentes el respeto y la no invasión de la intimidad, intentando conseguir unos objetivos que no supongan arrebatar a otros los suyos… pero supongo que mi opinión no vale nada porque no tengo dinero.